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EN LIBERTAD EL 31 DE OCTUBRE 2013

“Quisieron apagar mi lucha, pero hicieron que resplandeciera”: Patishtán

En las primeras palabras tras su liberación por indulto presidencial, el maestro chiapaneco festeja que pasará tiempo con su familia, dice no guardar rencor y afirma que se dedicará a cuidar su salud, debilitada por un tumor cerebral que afecta su vista.

El maestro tzoztil Alberto Patishtán Gómez es libre desde este jueves, tras 13 años de prisión.
Fue liberado a partir del indulto que le otorgó el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el cual fue avalado previamente por el Congreso.
Quisieron apagar mi lucha, hacerla restar, pero lo que pasó fue multiplicarla -quisieron ocultarlo-. Lo que hizo (mi lucha) fue resplandecer”, dijo el profesor en conferencia de prensa, acompañado por sus hijos y nietos.
Patishtán pasó los últimos 13 años de su vida en prisión acusado de participar en una emboscada en la que murieron siete policías en el municipio de El Bosque, Chiapas, en el año 2000; sin embargo, no existen pruebas de su culpabilidad.
“¿Quién es Patishtán.  Soy yo, uno que está perdiendo la vista por mi enfermedad, pero los veo con más claridad en mi corazón”, declaró ante activistas y defensores de derechos humanos que aplaudieron su liberación este jueves.



Esta misma tarde, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, indicó que “como resultado de un profundo análisis jurídico y de las circunstancias que imperaron a lo largo del caso, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en ejercicio de sus facultades contenidas en la Constitución y en el Código Penal Federal, el día de hoy ha determinado otorgar el indulto al profesor Alberto Patishtán Gómez y notificarle su libertad inmediata“.
El funcionario expuso que para sustentar el indulto “se identificaron indicios consistentes de violaciones graves a los derechos humanos, particularmente al debido proceso“.
“No tengo rencor. Estoy vivo, no estoy muerto”
Desde junio de 2000, el profesor tzotzil descubrió que en la cárcel las personas pobres son ignoradas, que no hay acceso a la justicia, entonces se convirtió en un líder y un apoyo social.
Encontré en la cárcel humillaciones, dije: yo tengo que hacer algo por ellos. La hice de sacerdote, aunque no lo soy, tuve que orar por los enfermos. Ser psicólogo para dar terapias a los que estaban estresados, tuve que ser abogado, aunque no lo soy, porque venían y me decían que estaban sentenciados”, dijo.
Aseguró que fue útil desde la cárcel. Hoy, Alberto Patishtán es víctima de un tumor cerebral que lo mantiene en un tratamiento de radioterapia, por lo que tiene problemas de visión.
“Gracias a Dios, estoy vivo y no estoy muerto. El día que no sonría es un día perdido para mi. Siempre voy a sonreír porque esa es mi profesión”, afirma.
Patishtán se encuentra en un tratamiento de 28 sesiones, hasta que concluya, podrá dar reportes de su salud.
“Lo importante es que no estamos comenzando, solamente hay que continuar la lucha. El mensaje que yo les puedo dar es que nos amemos los unos a los otros“, dijo.


 

 



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