Páginas

Bienvenidxs al blog de Alberto


EN LIBERTAD EL 31 DE OCTUBRE 2013

La RESISTENCIA dentro de las cárceles



San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. México.
12 de mayo 2012
Colectivo Ik'

Nuestro saludo a todas las personas asistentes al foro y nuestros deseos de que los trabajos de estos días se desarrollen con bien y sirvan para que cada quien retorne a sus lugares y tareas con más ánimo, con más conocimiento, alegría y convicción de que trabajar por la justicia nos reconforta de las tristezas y dolores que el injusto encarcelamiento nos ocasiona. Agradecemos al compañero y maestro Guillermo Villaseñor por darle a nuestras palabras su voz.

Alberto Patishtan Gómez está a día de hoy en Guasave Sinaloa en un Centro Federal de Readaptación Social. Este es el nombre oficial del lugar y nos preguntamos ¿De Readaptación Social? ¿Cuáles son las medidas tomadas y los medios asignados para esta “Readaptación Social? Una hora de visita cada dos semanas, de una sola persona, con un cristal que les separa, con la presencia de dos funcionarios uno a cada lado. Una comunicación telefónica por diez minutos cada quince días a un solo teléfono fijo. Largas horas de estancia en la celda. No permitir que tenga libros, ninguna fotografía en su celda ¿Esto es “Readaptación Social”? Guasave está a más de dos mil kilómetros de Chiapas, solo 12 personas pueden visitarlo, las exigencias para la visita son numerosas.

El aislamiento sensorial y el aislamiento social lejos de producir una “Readaptación” del interno le producen sufrimientos, lo que desata en cada persona distintas reacciones que van de la agresividad del resentimiento a la desesperación autodestructiva; no hay readaptación social en estas condiciones carcelarias, es simple y llanamente un castigo, un daño infligido al encarcelado, una desestructuración de su persona y cuando se es inocente de las acusaciones que el juez sentenció con prisión es más difícil aceptar la situación que está viviendo, ni siquiera queda el decirse “yo la hice, yo la pago” y a todo lo anterior se añade un sin sentido, una incomprensión, un absurdo de la vida. La vida, su vida, como un juego de azar en manos de otros.

Alberto Patishtan Gómez es tsotsil, su familia es tsotsil, su pueblo es maya. Cada vez que sale de su celda está obligado a desnudarse y hacer sentadillas, cada vez que su cabello crece es rapado; es un desprecio y vejación para su cultura ser tratado así, es faltarle el respeto. Su cultura entiende por justicia la reparación del daño, la recomposición de aquello que fue roto, la armonía, la cohesión social que nos da un futuro; la justicia en su cultura no se queda en el pasado, actúa mirando hacia adelante y son su gente tsotsiles del municipio de El Bosque, quienes atestiguan su inocencia, “no tiene debe que pagar”, “está encarcelado por la injusticia que le hicieron”, “debe terminar ese sufrimiento de todos”.

Alberto Patishtan Gómez vivía en junio del año 2000 con su familia, en su pueblo natal, con sus tareas y vecinos de la triple “S” La Canoa, con sus compañeros de profesión maestros, con sus hermanos en la fe en las tareas de iglesia. Ni violento, ni pendenciero, ni borracho, ni vago. Era un ser humano bien adaptado a la vida en la sociedad en que vivía. En estos días de trabajo ustedes escucharán los testimonios de que así era, apreciado y querido.

En poco más de un mes se cumplirán doce años en injusto encarcelamiento, 144 meses, 624 semanas, 4,383 días. ¿Cómo ha afrontado y vivido este largo rosario de injusticia sin destruirse, sin abandonarse, sin desesperarse?
Cuatro han sido los horcones, las bases en que se ha apoyado, que le han dado fuerzas:
I – En los peores momentos, los más difíciles su fe religiosa ha sido y sigue siendo fundamento sólido de su sentido de vida y trascendencia del sufrimiento.
II – Su convicción social y política de la justicia de su actuar para el bienestar de su pueblo, su gente; la comprensión del interés de quienes detentan el poder en castigarle a él para atemorizar a muchos. Comprender y tener convicción, su segundo fundamento.
III – El apoyo de su gente, sus familiares, sus vecinos, sus compañeros de actividad social, política, religiosa y profesional; y más tarde el apoyo de tantas personas en el mundo, ese es, su tercer fundamento.
IV – Y el cuarto lo encontró dentro de las cárceles en que ha vivido estos doce años, la entrega a otros compañeros y compañeras encarcelados, el apoyo a quienes como él están injustamente encarcelados, la ayuda a quienes no tuvieron un proceso conforme a ley o no tuvieron el dinero para pagar la mordida, el apoyo a quienes la desesperación lleva hacia la autodestrucción. Como afuera actuó, dentro siguió y sigue actuando, ayudando a otros, dando ánimos, incluso a quienes le visitaron o escribieron.
Cuatro bases sólidas para caminar estos años, para afrontarlos sin dejar de verse a sí mismo y a todos los demás como personas, como seres humanos que somos.

Tres gobernadores del estado de Chiapas (Albores, Salazar, Sabines) han recibido peticiones de la familia y ciudadanos de El Bosque solicitando su liberación, solicitando que acabe esta injusticia. También dos presidentes de la República (Fox, Calderón) y también la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la comisión de justicia del Congreso de Chiapas, diversos diputados locales y secretarios de gobernación; nada ha sido suficiente, no han sido escuchadas las voces del pueblo, ni los institutos políticos PRI, PAN, PRD de El Bosque, ni la Sección Sindical de Trabajadores de la Educación, ni las organizaciones comunales, ejidales, triple “S”, ni barrios del municipio de El Bosque; ni la voz del Obispo Jtatic Samuel Ruiz, ni las del Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”, ni el Centro de Derechos Humanos de la escuela de derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas, ni las voces que desde tantos países, personas, grupos, organizaciones de paz han levantado y dirigido a las autoridades institucionales han sido escuchadas. Aun más cruel lo trasladaron a Sinaloa a dos mil kilómetros de su tierra, su gente, tras once años de injusta reclusión en Chiapas.

Del Profesor Alberto Patishtan Gómez hemos aprendido que incluso en las más adversas situaciones las personas y los pueblos tenemos capacidades para salir adelante construyendo un futuro de vida para todas y para todos. Muchas gracias compañero Alberto, por tu ejemplo en la búsqueda de un mundo más humano y más digno.


Colectivo Ik’






No hay comentarios.:

Publicar un comentario